C A M I N O S

 


Chiquián amado, estoy bajando por tu camino pedregoso y desigual, mirando desesperado en que grada quedo grabada la huella de mi pie, buscando ansioso y delirante, en que piedra tropezaron mis sueños, en que grada se enredo mi destino, en que lagrima  se cuajo mi suerte.
Caminos

Y descubro a un costado del camino la piedra laja que acaricio mi cuerpo, vencido por el cansancio, la piedra que con su frio traspaso mis heridas del alma secándolas y calmando su dolor, la piedra que con su monumental peso y estatura me cobijo en su sombra como a su hijo preferido.

Y yo entonces sueño y me veo bajando  entre pencas y hualancas corriendo a alcanzar el rio lleno de fiebre enloquecido buscando las huellas que deje en tu camino las huellas que tu pusiste en mi armadura, las huellas que tu tejiste en mi destino.

Como explicarte las piruetas de los huinchus tullupicos  que miraba extasiado en tu ladera, mientras los rayos dorados del sol maltrataban impunemente las pupilas de mis ojos, sacándole chispas a la mañana lluviosa de tu cielo, como encontrar en la nada los colores fantasiosos del arco iris que nacía en oropukio y moría en chinchu pukio, como contemplar complacido y asombrado esos espejos de nieve que orgullosos y altivos se levantan a tu costado y tu, camino de piedras llena, hasta ahora no me señalas donde quedo grababa mi huella.

No sé porque me duele tanto los huecos de mis zapatos, sobre todo cuando voy en busca de mi rastro; recuerdo una vez descubrí en medio de la suela rastros de sangre coagulada y busque desesperado la huella  ensangrentada en tu grada, pero ya vez, jamás quisiste señalarme la piedra, el sitio donde quedo mi huella.

Pero algún día, quizás no muy lejano en medio de la niebla hallare mi huella, entonces caminito amado saltare de una en una tus desiguales gradas, agradeciendo al sol que me dio la vida, agradeciendo a la lluvia que me lleno de vida y junto a los ultus y shulacos formare un coro de silencios para que solamente tú nos escuches.

Entonces correré entre pencas y hualancas levantando polvo en mi carrera, para que negros nubarrones, ataviadas de pájaros delirantes remonten tus largos caminos, para que nuestros hermanos campesinos puedan descargar contentos el trigo crecido en tus laderas para que las piedras de mi camino sean perennes guardianes de mi destino.

Camino pedregoso, quizás vaya a verte en día de lluvia para que el agua cristalina de las nubes laven el polvo de tu traje y así pueda yo acaso encontrar la huella  de mi pie en tu grada y la de mi destino por ti guardada.

 

Lutapurikog8



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