El pasado 29 de diciembre, César Álvarez presidente de la Región, se jugó prácticamente “el pellejo” al firmar un convenio con Antamina, en el cual, por tres años Ancash dejará de percibir el 35% del Canon que normalmente le llegaba, a cambio cada provincia recibirá un milloncito de dólares.
Tácitamente el gobierno aprista y Älvarez son autores para que Antamina a partir de la fecha, deje de pagar 270 millones de dólares al Estado, de los cuales, 135 millones de dólares le correspondía a la Región Ancash y sus gobiernos provinciales y distritales. La razón es que la minera se acoge al Programa de Inversiones con Cargo a Utilidades No Distribuidas, basada en “Empresa que invierta sus ganancias en reinversión, se libra de pagar sus tributos”. Hecho que en primer momento dio la sensación de una traición aleve de Alvarez a su pueblo de ancash; sin embargo, tras reuniones concertadas de autoridades: 13 alcaldes están a favor, entre ellos los de: Recuay, San Luis, Caráz, Pallasca, Sihuas, Ocros, Bolognesi, etc. Y entre los 7 en contra: Huari, Santa, Yungay, Huaraz, entre otros. Es decir son las provincias que siempre reciben muchos millones las que se oponen a este acuerdo.
Antamina, no pierde el tiempo como nuestra Región, y claro que hace una reinversión a fin de ampliar sus operaciones en la misma zona. Son $ 1,288 millones de dólares más, o sea el 40 % más de lo que ha invertido y que ya lo recuperó con creces. Claro que no va pagar los 135 millones el 2,010, 2.011 y 2,012, pero se estima que el 2,013 acabado el plan de ampliación, como nunca nuestra Región recibirá un dineral NUNCA VISTO gracias al cobre, nada menos que un adicional de 950 millones en cifras reales, lo que quiere decir que Ancash se beneficiará con 2,000 millones anualmente y hasta el 2,029 fecha de finish life. Pero, vamos a ver o no se si vamos a ver, como se distribuye esta riqueza ancashina, porque por el momento, hay una verdad que duele VAMOS MAL, no hay capacidad en la ejecución del gasto y hay “dimes que te diré” internamente en cuanto a las corruptelas, mientras la Contraloría también deja mucho que desear. Las cifras indican que hasta octubre del año que pasó, de los 932.9 millones de dólares que recibió la Región Ancash, solo se ha gastado el 19.80 % lo cual es un pésimo precedente y mal signo, porque ¿y el resto?
Muchos expertos, entendidos y sociólogos opinan que es un error del Gobierno y la Región, pero por lo visto ignoran el estancamiento. La reacción de los pueblos ancashinos al respecto , por algo no ha sido gran cosa, ANCASH no se ha convulsionado, ni ha hecho mucho eco. Una minoría de alcaldes han y están poniendo el grito al cielo ahora mismo, en un ambiente de “aquí no pasa nada”. Cierto es que a Cambio Antamina, por medio del Fondo Minero, obviamente acatando el pacto, acepta conceder $ 24 millones de dólares a distribuirse a las municipalidades de las 20 provincias, siempre en cuando que trabajen y agoten el último sol del banco en obras de desarrollo.
Evidentemente en la práctica, ANCASH no se ha dado aludido o perjudicado, ni ha levantado mucha polvareda, acaso con cierta razón, ya que la mínima inversión en obras no le llega, los pueblos se desesperan, se nota mucha pobreza y para nada hay cambios significativos. Dos ejemplos palpables: 17.2 km de asfalto a Chiquián, una capital de provincia tan conocida y turística NO LO HACEN AÑOS, una represa en Cajacay para 5 mil hectáreas no pueden plasmarlo, (esto es que Antamina tiene cuentas pendientes con la Comunidad de este pueblo) ambos se culpan de la parte teórica (Proyecto). No señor congresista Wilder Calderón C. En Ancash NO NECESARIAMENTE LOS IMPUESTOS SIGNIFICAN OBRAS, es la pura realidad. No tapemos el sol con un dedo, ante tanta pobreza, tal si no hubiese plata. El alcalde de Chiquián Bladimiro Alvarado a favor del convenio ha declarado que Bolognesi solo recibió un millón el año pasado y ahora poco más de 400 mil nuevos soles. Lo cierto y raro es que los alcaldes de ciertas provincias que cobran millones, son los que más sienten la “pegada” como un remezón. Mientras tanto habrá que confiar en el 2,013, aunque 13 es mal número, pero ojalá que en la Región y municipalidades, se rompa esta cábala cuando por fin haya capacidad de gasto y mucha transparencia, caso contrario seguirá vigente lo del sabio Raimondi hace 130 años: “Mendigos sentados en banco de oro”.
POR ERASMO TRINIDAD CARRILLO
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