DON PABLO VASQUEZ IBARRA: EL CABALLERO DEL DEPORTE

 


Corría el año 1936, cuando nuestro entrevistado, habiendo concluido la primaria en el entonces Centro Escolar 351 de Chiquián, viajaba a Huaraz a continuar sus estudios secundarios en el Colegio La Libertad de Huaraz...


Entrevista a don Pablo Vasquez
Eduardo Martin Cerrate EMC.-

Teniendo muchas cualidades para el deporte en general, en que descolló usted en el Colegio La Libertad, de Huaraz.


Pablo Vasquez Ibarra PVI.- En el Colegio La Libertad he sido más basquetbolista; estando en el tercer año, teníamos un profesor de educación física y de instrucción militar, muy entusiasta, era un ex soldado que tenía el grado de alférez, de apellido Vázquez Solís, el se sinceró conmigo y me invitó a participar en las prácticas de básquetbol.
Recuerdo que en el primer encuentro que participé frente a otro equipo invitado, cuyo nombre no recuerdo en estos momentos, en un inicio viendo tantos espectadores me sentí un poco nervioso, pero ya entrando en calor en el juego me olvidé totalmente de los nervios y concluimos el partido con una victoria.
Ya en el cuarto año descollé más, siendo llamado para ser titular del equipo de básquetbol del Colegio La Libertad, lugar que ocupé hasta concluir la secundaria.


EMC.- Su condición de deportista le habría permitido ser muy conocido en el colegio.


PVI.- Uff! Se me hicieron muchos amigos.
Ya a nivel de ciudad en Huaraz, pertenecí a un club que, diríamos, era la flor y nata de la ciudad, con ese equipo participamos en el campeonato de básquetbol de la ciudad, igualmente jugábamos con equipos que visitaban Huaraz.
Recuerdo que como Colegio La libertad, jugamos con el Colegio Guadalupe de Lima, San Juan de Chiclayo y otros equipos mas....Con el Colegio Guadalupe perdimos por muy estrecho margen, pero al San Juan de Chiclayo le dimos una tanda, que el público se mofaba de ellos diciéndole a nuestro entrenador Vásquez Solís, mejor ándate con ellos a Chiclayo para que los entrenes.


EMC.- Me comentaron, usted me lo confirmará, que llegando a Huaraz, dentro del ambiente de la natación lo vieron a usted cono el paisanito recién llegado y de repente se vieron con la gran sorpresa. ¿Es cierto este pasaje?


PVI.- Si...A la entrada a Huaraz, había una piscina. En una oportunidad los compañeros del colegio me invitaron para irnos a bañar allí. Nos metimos al agua y yo me puse a nadar todo el largo de la piscina, ida y vuelta. Los amigos se quedaron sorprendidos.
En otra oportunidad, en Tacllán, donde está ahora el puesto policial, a la entrada de Huaraz, era marzo y nosotros nos íbamos a bañar al río. Esa vez, estando cargado el río, era época de lluvias, me retaron a cruzar el río hasta llegar a una peña que se veía en la otra orilla. Aunque esa zona era un remanso, el torrente era fuerte, de todas maneras les dije: “Yo lo paso el río” y aprovechando la misma corriente nadé en diagonal hacia le peña, logrando el objetivo e igual de regreso, llegando mas abajo del punto de partida. Ya con esa prueba, me hice mas conocido y me veían como un nadador excepcional. Ja ja ja.


EMC.- ¿Y donde aprendió a nadar?


PVI.- Mis padres trabajaban en la hacienda Rontoy, en Huaura. Allí uno de los hijos de don Manuel Álvarez Calderón, que era campeón nacional de natación, practicaba en una poza grande de agua, que servía para las turbinas que generaban energía eléctrica para la hacienda. La poza también tenía un trampolín y cuando llegaba la familia del dueño de la hacienda, allí se entretenía saltando desde el trampolín o nadando en la poza. Todo eso yo veía. Ya cuando empecé a nadar bien...


EMC.- Que edad tendría usted cuando empezó a nadar.

PVI.- Tendría unos siete u ocho años... Bueno, yo ya también usaba el trampolín. Corríamos por  la tabla de salto y al llegar al filo, Zaz!! Saltábamos al agua y ...”Caída de ángel”  y no recuerdo que otras figuras hacíamos al caer. Ja ja.


EMC.- Bueno don Pablo, hemos hablado de básquet, de natación y... cuando empieza el fútbol.

PVI.- ...En Huaraz.


EMC.- O sea, llega al colegio e inmediatamente lo “jalan” para que participe en el básquet, la natación, el fútbol..


PVI.- A mi el entrenador Vásquez Solís, me decía: “No juegues al fútbol, dedícate al básquet”. Pero a mí los amigos me inquietaron: “Si puedes jugar básquet, puedes jugar fútbol”, y me inscribieron en el equipo Alianza Huaraz, que era un equipo que jugaba en la liga de fútbol de Huaraz, su chompa era azul y su insignia era una medialuna a la altura del corazón. Me ubicaron de wing izquierdo, porque también manejaba el pie izquierdo. Allí hemos jugado varias veces.

Terminada su secundaria, don Pablo Vásquez siguió estudios en la Escuela Normal de Tingua, para alcanzar el grado de Normalista. Junto con él, otros chiquianos se encontraban estudiando en esa casa de estudios. Nos recuerda a don Josué Alvarado, Nicanor Cerrate y otros más, nos dice.

PVI.- Diría que en Tingua pasé buena vida, porque como era interno y no podía viajar hasta Chiquián a pasar las vacaciones ni los fines de semana, junto con los demás paisanos que igualmente no podían viajar, los fines de semana nos poníamos a jugar contra el personal de servicio de la Normal. Había un “chatito”, no recuerdo su nombre, era el cocinero y tenía como cinco... seis ayudantes, con ellos jugábamos fútbol en el campo de básquet. Ellos nos apostaban: “Te juego el pan.. del desayuno”. Si perdían: “Les jugamos el plato de sopa del almuerzo”.


EMC.- Pero ustedes jugarían con ventaja!


PVI.- Noo! Ellos también tenían un buen equipo!! Teníamos que sacarnos el alma para evitar perder. Se iba nuestro almuerzo!!  Ja ja
Durante los tres años que duraron mis estudios en Tingua, por el básquetbol me hice muy conocido en todo el Callejón, porque tenía colegas de estudios de todos los pueblos. Y casi todos los domingos alguno de ellos me invitaba a reforzar a algún equipo de su localidad, sea Caraz, Carhuaz, Yungay, etc. Me ponían la movilidad para llevarme y para regresar a la Normal.
En Tingua tuvimos un profesor de educación física que era muy estricto como entrenador de básquet. Tenía un libro grueso que nos obligaba a estudiarlo, en él había estrategias de juegos, maniobras que hacer, etc.
Cuando salíamos a nivel de selección de la escuela, para nosotros era una alegría, porque nos doblaban la ración de alimentación, porque, por ejemplo, a nosotros normalmente nos daban un pancito “así” de chiquito (acercando los dedos pulgar e índice) y su té en el desayuno, nada más eso era nuestro desayuno.


Concluidos sus estudios en la Escuela Normal de Tingua, don Pablo consiguió  una plaza de maestro en el pueblo de Llaclla, hoy capital del distrito Abelardo Pardo Lezameta. Allí llevó sus conocimientos de docente y su permanente inquietud de deportista. Era el año 1943.

PVI.- Había un terreno que lo utilizaban como coso, allí hice mi campito de básquet, para enseñar a mis alumnos, pero como era coso, allí encerraban chanchos ¡y nos llenamos de piques!! Ja ja ja Eso nos desanimó a seguir con el básquet, era realmente insoportable. Fue entonces que me puse a enseñarles la práctica del fútbol a mis alumnos.


EMC.- Entonces podríamos decir que los piques son los responsables de que el básquetbol perdiera a uno de sus buenos jugadores y el fútbol ganara un buen elemento, para alegría de los amantes de este deporte.


PVI.- No. Ya te dije que yo el fútbol lo practiqué en Huaraz con el Alianza Huaraz, pero me atraía más el básquet. Pero en Llaclla, lamentablemente los piques me alejaron de mi deporte favorito. Aunque allí en Llaclla también descollé con el fútbol. En el pueblo habrían tres o cuatro ciudadanos, con ellos formamos un equipo de fútbol que lo completamos con mis alumnos. El equipo se llamó el Sport Tigre de Llaclla.


EMC.- En Llaclla aparte del recién fundado Sport Tigre, habían otros equipos?


PVI.- Habían otros equipos en otros distritos, en Corpanqui, en Ticllos, en Cajamarquilla; en Llaclla no había más equipos.
Así que a nuestro equipo recién fundado, nos invitaban para ir a jugar a los otros pueblos. El Sport Tigre de Llaclla se hizo famoso, porque llegó a ser campeón en todo ese valle. A tal punto que una vez nos invitaron a jugar a Chasquitambo. Esa vez tuvimos que viajar a pie hasta Chaucayán y de allí en un volquete que trabajaba la carretera, que en esa época era una trocha, bajar a Chasquitambo. Recuerdo que en ese viaje en el volquete, para evitar caerme, me agarré fuertemente de la tolva del vehículo, más aun cuando el chofer, para demostrarnos su habilidad, bajaba a toda velocidad en una carretera llena de piedras y zanjas. En eso se me mete una avispa por el cuello de la camisa y yo no podía soltarme de la tolva para defenderme. Me picó por el pecho, el vientre, en fin. Me imagino que se le habría acabado el veneno o se cansaría de picarme. Recién cuando llegamos a Chasquitambo y con el volquete ya detenido, busqué a la avispa y recién pude acabar con ella. Pero tenía todo el tronco lleno de ronchas.
Recuerdo que en Chasquitambo nos dieron una habitación para pasar la noche. Esa noche acaso pudimos dormir? El cuarto estaba lleno de ratas!! Y toda la noche los animalitos se paseaban por encima de nuestras frazadas, por nuestras cabeceras. Era insoportable!


EMC.- No sería esa una estrategia del equipo contendor, para que ustedes al día siguiente no tengas energías para jugar?


PVI.- No se, pero igual les terminamos ganando.
Siendo todavía maestro en Llaclla, también recuerdo haber jugado en otra oportunidad en Cajacay, invitado por el Mocho Díaz para reforzar a la selección de Cajacay en un partido frente a un equipo de Paramonga, durante la fiesta patronal en Mayo. También reforcé al equipo de Cajamarquilla, lugar donde trabajaba Jorge Bravo, en un campeonato de fútbol por la fiesta patronal de Santa Rosa en Chiquián. En esa oportunidad, tuvimos que pedir permiso al Inspector de Educación, don Leovigildo Soria, para que me autorice suspender por unos días mis labores en Llaclla. El pedido fue aceptado. El primer partido lo jugamos con Huasta, allí nomás, llegaditos del largo viaje desde Cajamarquilla, ese partido lo terminamos empatando, luego continuamos con sendas victorias, frente al Tarapacá, al Cahuide, Aquia,  y ....Cajamarquilla salió campeón invicto.

El año 1948, don Pablo Vásquez deja Llaclla para continuar su labor docente en Chiquián, gracias a una vacancia dejada por don Guillermo Bracale, que en ese entonces laboraba en la escuela cuyo director fuera don Fabián Cano.

EMC.- Apenas llega usted a Chiquián, se enrola al equipo del Alianza Chiquián?


PVI.- Efectivamente, don Fabián Cano, que era aliancista, fue el que hizo los contactos para que yo me integrara al equipo del Alianza Chiquián.


EMC.- Cuando usted llega a Chiquián, ya existía entonces el equipo del Alianza Chiquián?


PVI.- Claro! El equipo debe haberse creado por los años 1935, 1936... por allí. Don Alberto Roque siempre fue el Presidente del Alianza Chiquián.


EMC.- O sea, desde 1948 usted es miembro del Alianza Chiquián.


PVI.- Efectivamente. Aunque en Chiquián retomé la práctica del básquet.
La escuela prevocacional tenía su canchita de básquet y allí se realizaba un campeonato local. Los equipos eran de la Guardia Civil, del Sport Cahuide, de la Comunidad, del Tarapacá y del Alianza Chiquián.
Nuestro equipo estaba integrado por Mario Reyes, César Figueroa, Fabián Cano, yo. No recuerdo quienes más. Todas las tardes, luego de las clases de cinco a seis de la tarde estábamos en el campo de básquet. Prácticamente llegué como un estímulo para la práctica del básquet. Y siempre con esa mística ganadora.


EMC.- Y en fútbol, usted recuerda con quienes integraba el equipo del Alianza Chiquián?


PVI.- Como no!. En el arco teníamos a un joven que vivía en barrio arriba, no recuerdo su nombre; en la defensa estábamos Alberto Turco y yo. En ese entonces el esquema era dos defensas, tres línea medias y cinco delanteros. En la medía estaban Josué, Jorge “Putu” Bolarte y Eusebio Ramírez. Adelante Casha Barrenechea, Ramírez, Fabián Cano, Racrish el zapatero.


EMC.- El equipo del Alianza Chiquián del año 1948!. De hace sesenta años!!.
Don Pablo, años atrás leí un artículo en el que narraban una excursión  que hizo el Alianza  Chiquián por el Callejón de Conchucos?


PVI.- Antes que eso, Don Benjamín Alzamora, en ese entonces Inspector de Educación, promovió un partido de fútbol, para que el Alianza Chiquián juegue en Huaraz con un equipo huaracino, es fue la primera salida que hizo el equipo. La delegación viajó en el camión de don Benjamín Robles, nos hospedamos en el Hotel Mantaro. Como inspector de disciplina de la delegación viajaba don Pablo Márquez y todos los jugadores le habíamos confiado a él el dinero que habíamos llevado para el viaje.
Ese día el Rosaspampa lucía abarrotado de público. El primer tiempo terminó con una victoria parcial de los huaracinos por dos a uno. En el segundo tiempo logramos emparejar el marcador y terminar ganando el partido por tres a dos. Recuerdo la alegría de don Jorge Barrenechea, que nos acompañó en esa oportunidad.
Ya en el alojamiento, Pablo Marques nos dice: “Aquí está la plata que me dieron”, devolviéndonos nuestro dinero... “Y esto es lo que hemos ganado por el triunfo” y saca un buen fajo de billetes del bolsillo. “Vamos a celebrar el triunfo”, concluye.
Sin decirnos nada, Pablo Márquez había apostado por nosotros con nuestro dinero!.
En ese entonces, en la plaza de armas de Huaraz había un bar muy conocido. Allí Pablo se mandó a lo grande y satisfacimos nuestra sed hasta saciarnos, pero dejamos el piso del bar todo inundado de cerveza.


EMC.- Esa fue la primera salida del Alianza Chiquián, pero me imagino que  no fue la única.


PVI.- Así es. Fuimos invitados a jugar en otras localidades más. En una oportunidad fuimos a Yungay para su centenario, porque ellos nos visitaron a Chiquián en el cincuentenario de la provincia de Bolognesi.
En la década del 40’ a una sugerencia del presidente del Club, don Alberto Roque, se decide hacer una gira por las localidades de Huallanca, La Unión, Pachas y Llata del departamento de Huánuco y San Marcos y Chavín del departamento de Huari. Para ello nos preparamos con el equipo de fútbol, también preparamos una obra teatral, “Juan José” creo se titulaba la obra, que nos convirtió en actores teatrales y llevamos una orquesta, bien armada, en esa oportunidad nos acompañó don Félix Morán, convocamos al mejor arpista de Mangas, este llevó un eximio violinista, y otros miembros mas que en estos momentos no recuerdo.


EMC.- Realmente fue una delegación completa don Pablo. Llevaban el deporte, la cultura a través del teatro y una orquesta para amenizar las reuniones.


PVI.- Efectivamente. Y hasta ahora en La Unión comentan que nunca, ni antes ni después, ha llegado a esa ciudad una delegación como la que presentara en esa oportunidad el Alianza Chiquián.
En general, en todos los pueblos que visitamos fuimos bien recibidos. Y en todos participamos deportivamente, con variados resultados, presentamos la obra teatral y amenizamos los bailes que en nuestro honor organizaban.
Ese viaje estuvo amenizado por una serie de anécdotas. Recuerdo una de ellas, cuando para la presentación de la obra en el teatro de La Unión, que estaba a medio construir todavía, Fabián Cano hacía de consueta y él como era bastante grueso del abdomen, no podía entrar totalmente en el agujero que habían hecho en la parte delantera del escenario, y como el sótano debajo del escenario era muy alto, colocó una silla donde se paraba y desde allí apoyaba a los actores. Pablo Márquez, que formaba parte de la delegación, en una de sus muchas locuras, se mete al sótano y mientras Fabián hacía su labor, siente que el muy zamarro le afloja la correa del pantalón y ante su desesperación le comienza a desabotonar el pantalón. Ni los actores ni el público sabía lo que le pasaba al pobre que rojo como un tomate, trataba de meter la mano por el hueco y no podía, su gordura se lo impedía. Ja ja ja
Otra anécdota fue en Pachas. Luego del partido en La Unión, que nos ganaron uno a cero, se habían reforzado bien con jugadores de Huánuco, muchos jugadores terminaron muy golpeados, así que se había decidido ir a Pachas a descansar. Cuando llegamos a ese lugar en la entrada nos recibieron las autoridades, con ramos de flores... a lo grande. Y cuando les dijimos que no íbamos a jugar, nos amenazaron con no dejarnos salir si no jugábamos. Así que tuvimos que jugar. A la hora del partido alrededor del campo veíamos a mucha gente en plena chacchada para que su equipo salga ganador. Terminamos empatados.
En San Marcos, que igualmente nos recibieron muy bien, les metimos una goleada  de siete goles.
En Chavín, lugar de nacimiento de la esposa de don Alberto Roque, presidente del club, para jugar el partido de fútbol, tuvieron que habilitar un potrero de alfalfa, donde recién habían entrado las vacas, así que ya te puedes imaginar de que alto era el pasto. Allí también los goleamos.
Luego del partido, Abel Alvarado Cruz, con unas copas adentro se puso a corretear con su caballo, un bonito animal, por toda la población de Chavín.
De allí salimos tarde ya de regreso a Chiquián. A la altura de Picsa Pacsa, nos agarra una nevada que tapa el camino, que no sabíamos por donde el camino, encima los relámpagos caían por todos lados, para colmo el caballo de Abel se tira al suelo, totalmente extenuado y...como dejarlo! Felizmente en las cercanías había un pastor de ovejas, Josué se encargó de hablar con él para que cuide el animal, la montura, etc. hasta su regreso. Abel tuvo que subir a pie hasta la cumbre de Picsa Pacsa, para bajar luego a Pachapaque. Serían las once de la noche, muertos de frío. Allí pernoctamos esa noche, llegando a Chiquián al día siguiente, donde fuimos recibidos entusiastamente por la ciudadanía, presidida por don Rolando Estremadoiro, gran hincha aliancista. Los aficionados al fútbol que nos vieron llegar, pensaron que nos había ido mal deportivamente en la gira y como nosotros les  dijimos todo lo contrario, nos retaron a un partido de fútbol, que nosotros aceptamos. Armaron su selección y al final... también recibieron su goleadita.


EMC.- Don Pablo, aparte de jugar por el Alianza Chiquián, seguramente usted ha reforzado también otros equipos, como invitado,  en su campaña deportiva.   


PBI.- Así es. El equipo que más veces reforcé ha sido el Club Atlético Tarapacá.
En una oportunidad lo reforcé porque al haber campeonado en Chiquián, tenía que jugar con Yungay, devolviéndoles la visita. Esa fue una de las veces que los reforcé.
En otra oportunidad reforcé al Sport Cahuide cuando viajaron a Huaraz, esa vez estuvimos en la defensa con “Pichina” Alvarado.
Luego llegó la segunda gira deportiva, cultural que realizó el Alianza Chiquián, esta vez al Callejón de Huaylas, pero esa es una historia ya conocida.


EMC.- Don Pablo, unas palabras finales de reflexión, frente a la actual situación del deporte en general.

PBI.- En el ámbito del fútbol hay una caída tremenda. Antes nosotros jugábamos en Jircán donde el suelo era pedregoso, etc. y nosotros tratábamos de evitar caer al piso para no causarnos daño, porque eso era como una lija. Hoy, con un excelente campo deportivo en Umpay, no tenemos equipos de fútbol bien armados, no existen asesores técnicos de calidad. Los jóvenes más se dedican a libar licor, si se les llama a integrar algún equipo de fútbol, quieren que se les pague, que se les provea de toda la indumentaria, todo piden y aportan muy poco.


EMC.- Que le sugeriría usted a la colectividad deportista de Chiquián.


PBI.- Antes teníamos entrenadores que venían desde la costa. Eso es lo que se necesita en Chiquián.

EMC.- Muchas gracias don Pablo, por habernos permitido conocer un poco del rico bagaje deportivo que posee. Estoy seguro que nuestros lectores disfrutarán, como lo he hecho yo, de esta amena tertulia.

PBI.- A ti las gracias Eduardo, por haberme permitido sacar de adentro algunas cosas que no se han publicado. Gracias por haberme permitido hablar del deporte que más me gusta y que he practicado con mucho esfuerzo y honestidad. Te recuerdo que jamás fui expulsado de un terreno de juego y nunca cometí un foul aleve.

Con estas últimas palabras en la mente, cierro este artículo, gratificado. Estuve conversando con don Pablo Vásquez Ibarra, el Caballero del Deporte.

 
Eduardo Martin C.


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