G L O R I O S A      3 5 1

 


¡Oh claustros¡ ¡Oh gloriosa 351¡ parece mentira que nos hayamos dejado de ver tanto tiempo sin embargo alguna de las palabras de nuestros queridos profesores las escucho todavía y en el extremo mismo de tu bosque en esa tierra fértil de eucaliptos y porogshas quisiera dibujar las figuras egregias de nuestros profesores comenzando del salón de pequeñas industrias que junto a la baba de la tuna yeso, penca y agua solíamos fabricar  la tiza que orgullosos lucíamos en nuestra aula, entonces vuelve a salir el sol en los cerros y yo retorno correteando entre las sombras para buscar en los bolsillos que no tengo, una tiza, si una tiza, que escriba mi nombre y el mis compañeros en la puerta misma de nuestra sala o en medio de nuestros corazones abiertos.
Gloriosa 351

En los amplios patios que hoy lucen desoladas, y como hermanos en tu piso juntamos nuestras pisadas, hoy se encuentra desamparado como mi cuerpo que siente la presencia de la soledad, que con sus huesudas manos oprimen mi alicaído corazón.

Tengo miedo, sí, tengo miedo, de que en la calle me sigan hiriendo los juguetes de los niños, de que el mugir de los bueyes lastimen mi tímpano, de que el trino alegre de un yoquioco recuerde mi pasado y se vuelva presente mi dolor, tengo miedo, sí, tengo miedo de volver a tropezar con la misma piedra y de pisar en el mismo hoyo donde doblé mi pisada, tengo miedo, sí, tengo miedo de verte así como estas desamparada, abandonada y que tus hijos como yo, largo tiempo te tenemos olvidada, tengo miedo, sí, tengo miedo de que el cóndor jugando con el yacupishgo por descuido hagan chocar las nubes en que van montadas y aneguen Chiquián y sus campos  destruyendo mas tus entrañas.

Jamás escuche su canto me dijo al oído Pacalón y yo le creí, porque de tanto verlo me enamore de sus travesuras que hasta en sueños lo veía, lo que yo imitaba cuando nadie me veía, al pequeño Yacupishgo de color negro con su gorra blanca que parecía un marinero en su día de fiesta con uniforme de gala. 

Muchas noches he soñado contigo Gloriosa 351 y en el fragor mismo de mis sueños escucho otras palabras que a las finales olvido, se que todas ellas son gratas para mi  pues te cuento solamente a  ti amada 351, que estas saben trasladarme al crepúsculo inimaginable de amaneceres de sol, a los caminos perfumados de suplac y muchki, a las cataratas salpicadas con miles de mariposas, a los ríos torrentosos donde jinetes  apocalípticos doman sus olas.

Donde estoy ahora, en que te escribo estos garabatos, tal vez cargando alforjas ajenas, o abrazando amores prohibidos, o usando zapatos que perteneció a otro, sé que soy diferente a los demás, pero te quiero, y deseo verte siempre bella como antes, como cuando escondías mis alegrías y rizas en tu manto.

 

Lutapurikog8


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