Quien no recuerda este hermoso barrio, denominado así por la acequia que pasaba por mitad de la calle, era solo una cuadra, por que desembocaba en una acequia mayor que llevaba las aguas hasta Aynín para perderse por Mashcash y desembocar por Pativilca al mar.
Cada vez que visitaba a Tocho, era curioso ver a las lavanderas apostadas a sus costados, ubicadas cada una sobre unas piedras enormes con sus tinas multicolores, como sus ropas, dispuestas a comenzar con el lavado y también con el chisme.
-¿Te diste cuenta que la pituca se agarró la mejor piedra para lavar?
-Si hija, seguro que a traído los calzoncillos de su marido que ha usado con la "otra" para lavarlos.
- La muy tonta ni cuenta se da,........¡¡ tremenda cachuda!!.
Se tenían tirria unas a otras; era un espectáculo gracioso por llamarlo así,
El largo de la acequia se dividía en tres trechos.
La primera de unos cinco a ocho metros era de las pitucas, que lavaban con Ace y escobilla.
La segunda de cuatro a cinco metros de la clase media que lavaba con jabón negro y a mano .
La tercera de unos diez a doce metros que era de la clase pobre y que lavaba con penka y mazo.
Todas se miraban de reojo, esperando que alguien diga algo para contestarle de inmediato.
-Ya, ya, anda a lavar tus ropas de bayeta mas arriba cholita, que cuando golpeas con tu mazo salpicas mi ropa blanca.
-Que blancas van a ser si están recontra percudidas, hasta parecen mi trapeador.
-¡¡Y tu que te metes!!........ Despercudida.
-¡¡Claro que me meto!!..... pobre señora...¡¡déjala tranquila!!.
Se calmaban los gritos por ratos, pero luego comenzaba de nuevo, parecía que no podían estar lavando con tranquilidad, yo permanecía sentado en la vereda a la espera que pase algo.
Dos de ellas comienzan a hablar en voz baja y cada vez que soltaban las carcajadas le miraban a la pituca, quien agudizaba sus oídos pero no llegaba a escuchar nada; a cuanta mas risa mas era su enojo por que pensaba que hablan de ella.
-Ya dejen de estar rajando y laven ociosas.
-¿Ociosas nosotras?,... tu serás, pues con tres calzoncillos y un par de medias vienes a hacerte que lavas un montón, sácate el calzón cochino que tienes puesto y por lo menos enjuágalo.
-¿Cochino?, ya quisieras tener uno como el mío de seda, y no como el que usas de bayeta o de costalillo.
-Si hijita, a mucha honra, pero limpios.
-¿Limpios? No me hagas reír, si todavía esta cayendo la harina por que no lo sacudiste bien.
Las demás sueltan las carcajadas y al final interviene la que lavaba su lana a mazo.
-Señoras no se estén peleando, cada uno con su pobreza pues.
-¡¡Cállate tu!!.... Que puedes decir si andas garapacho. Aféitate mas bien que ya andas barbuda como el chivato.
-Hay señora con mucho respeto, pero no se dio cuenta usted que uno de los calzoncillos de su marido esta manchado con zapallo,¿ayer comieron locro?
-Cual, cual, si todos están blanquitos.
-Para sus ojos serán, pero yo veo uno hasta bombardeado.
- Ya, ¡¡cállese!! ....Y termine de matar sus garrapatas.
Se hacia un silencio en el cual solo se escuchaba el paso del agua, de pronto se escuchaba que la pituca cantaba una balada de moda. La de clase media no se quedaba atrás y entonaba una cumbia o un huayno en español, pero también la que lavaba a mazo entonaba su huaynito en quechua, pareciera que estaban esperando algo, cuando de pronto sale el fragüero de su casa.
-Míralo a este, que se creerá, toda la vida fumando.
-Si pues, todo negro por el carbón de piedra de su fragüa.
-Si yo fuera su mujer lo lavaría con lejía.
-Para que lo vas a lavar...¡¡que duerma con el perro!!
Pobre del que se atrevía a pasar frente a ellas, tenia que ponerse hielo en las orejas por que comenzaba el raje en todos los estilos, cierto día salió el director del colegio al que apodaron "sapo macho" que vivía en las inmediaciones y como era bajito y gordo una ves que vieron que estaba a cierta distancia, y que no les podía escuchar.
-¿Y a este que le abra visto su mujer?.
-Oye, no sabes que es divorciado?.
-Claro pues, con esa panza ni el mismo ya se lo verá.
-Dicen que tiene su chica y........
-Que va ha ser. Si con las justas camina.
-Hay hija, bajo una mala capa hay un buen torero,... no lo ves a mi maridito?.
-Ja,ja,ja,ja , no me vengas con esas, que a tu marido le dicen huayno sin fuga.
-¿Por qué?
-Por que nunca termina.
-¿Y al tuyo sabes como le dicen?
-¿Cómo?.
-Nido abandonado.
-¿Por qué?
-Por que no tiene pájaro ni huevos.
-Ja, ja, ja.
ALFREDO.
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